Si en 2015 hablaba de esfuerzo y talento, en este 2016 ha sido para servidor un año de cambio, tanto personal como profesional. Pero los cambios no son sencillos, muy en especial cuando implican dejar atrás a personas que admiras profundamente y con las que has compartido multitud de buenos momentos. ¿Por qué cambiar entonces? Porque pienso que los seres humanos -o al menos servidor- somos curiosos e inquietos, deseando saber siempre que hay más allá, con una sed de conocimiento casi insaciable que nos lleva a nuevos retos y aventuras.
Sin embargo, no se trata de saltar al hiperespacio y no mirar nunca atrás. Los recuerdos de todo lo recorrido hasta la fecha forman parte de nuestro equipaje y definitivamente se complementan con el enriquecimiento de las nuevas experiencias. ¿De qué nos serviría cambiar de etapa sin recordar todo lo vivido anteriormente?
Si hablamos de cambios y recuerdos no puedo evitar evocar las que -tan sólo días antes de su fallecimiento- fueron las últimas palabras públicas del excepcional actor Leonard Nimoy, más conocido por su papel como Spock en Star Trek:
En castellano: La vida es como un jardín. Se pueden tener momentos perfectos, pero no pueden conservarse, salvo en la memoria. LLAP
Estas palabras tan profundas son todo un alegato a vivir el presente disfrutando de los buenos momentos, que de no poder repetirse en el futuro, definitivamente podremos conservar en nuestra memoria. Me considero realmente afortunado de tener excelentes recuerdos de cada una de las etapas recorridas hasta el día de hoy, que hacen que el presente sea aún más enriquecedor de lo que ya es per-se.
Es por ello que os deseo que vuestras navidades, así como el año 2017 estén repletos de buenos propósitos, cambios enriquecedores y, sobre todo, de buenas experiencias que puedan conformar esos recuerdos que nos acompañen siempre en nuestras vidas.
¡Feliz Navidad, Feliz 2017, Larga Vida y Prosperidad!
Carlos
PD: LLAP significa Live Long And Prosper, Larga Vida y Prosperidad; frase que Spock acostumbraba a pronunciar en Star Trek a modo de despedida con bendición extremadamente educada.
