Este 2018 he aprendido, una vez más y permíteme la redundancia, que nunca se deja de aprender. La tecnología y la informática me invitan a aprender día a día y desafiar conceptos preestablecidos, desde luego que son disciplinas apasionantes. Sin embargo, entre todas las cosas que he aprendido durante este año que cerramos, hay una muy concreta que me ha impactado por encima de las demás: el poder de la palabra.

Desde el momento que aprendemos nuestro primer idioma, pensamientos y recuerdos racionales se organizan en palabras y nos acompañarán durante toda la vida. Igual que si se tratasen de hechizos mágicos o llamadas al sistema con privilegios administrativos, las palabras ostentan importantes poderes con transcendencia en la vida real: ellas pueden animar o desalentar, inspirar o reprimir, dar felicidad o tristeza, apoyar o humillar, transmitir conocimientos o engaños, compartir amor u odio, iniciar una guerra o evitarla…

Sin ánimo de entrar en política, un gran ejemplo de persona que utilizó la palabra para inspirar a toda una nación en que un cambio a mejor era posible fue sin duda Barack Obama con su archiconocido Yes, we can o su genial discurso en Wisconsin Words matter, Las palabras importan en castellano:

Don’t tell me words don’t matter. I have a dream – just words. We hold these truths to be self-evident that all men are created equal – just words. We have nothing to fear but fear itself – just words, just speeches. It’s true that speeches don’t solve all problems, but what is also true is that if we can’t inspire our country to believe again, then it doesn’t matter how many policies and plans we have, and that is why I’m running for president of the United States of America, and that’s why we just won 8 elections straight because the American people want to believe in change again. Don’t tell me words don’t matter!
No me digáis que las palabras no importan. Tengo un sueño – sólo son palabras. Pensamos que es evidente que todos los hombres son creados iguales – sólo son palabras. No tenemos nada de qué tener miedo salvo del miedo en sí mismo – sólo palabras, sólo discursos. Es verdad que los discursos no solucionan todos los problemas, pero también es verdad que si no podemos inspirar a nuestro país en creer de nuevo, entonces no importa cuántas políticas y planes podamos tener, y esa es la razón por la que soy candidato a presidente de los Estados Unidos de América, y eso es por lo que acabamos de ganar 8 elecciones consecutivas, porque la gente de América quiere creer en el cambio otra vez. ¡No me digáis que las palabras no importan!

El poder de la palabra tiene también su lado siniestro cuando se utiliza para tergiversar, humillar, insultar, amenazar… Pero igual que ocurre en el universo de Star Wars con los padawan, en nuestra mano está usar el poder concedido para sucumbir al tentador lado oscuro o hacer el bien y transmitir a los demás lo mejor de nosotros mismos e irradiar la positividad que nos hace a todos mejores personas en conjunto.

Así que si me lo permites, ¡déjame que invoque una vez más el poder de la palabra y lo use para transmitirte mi más sincero deseo de que este 2019 sea un año repleto de éxitos y momentos felices!

¡Feliz 2019!

PD: Imagen de cabecera del artículo por JimmyMac210 bajo licencia CC BY-NC 2.0.  https://www.flickr.com/photos/75468125@N00/2323361350/